La Fuerza Aérea Argentina sin cazas supersónicos vuela en aviones de entrenamiento

Monumento a la VI Brigada Aérea de Tandil que participó del bautismo de fuego de la F.A.A. en Malvinas

La Fuerza Aérea Argentina sin cazas supersónicos opera con aviones de entrenamiento

La Fuerza Aérea Argentina continúa con la escasez de material aéreo de combate, que se resume en unos pocos aviones de entrenamiento, avanzado, IA-63 Pampa II, menos de diez A-4R y los antiguos y venerables biturbohélice IA-58 Pucará, utilizados en la frontera norte argentina, para la lucha contra el narcotráfico.

No obstante el Pucará se encuentra en el limbo de comenzar a ser retirado del servicio, ser actualizado con una remotorización, ya probada con éxito sobre una aeronave del mismo tipo ó prolongar sus vidas operativas comprandole a Francia, una remesa motores turbohélice Turbomeca Astazou, los mismos que opera el Pucará, que ya se dejaron de fabricar en aquel país. Al triste presente de la Fuerza Aérea, se agrega que hay menos de una decena de cazabombarderos A-4R Fightinghawk, con una extensión de vida útil, estimada, hasta el 2018. Dichas aeronaves sobreviven, canibalizadas, con piezas de repuesto pertenecientes a otras aeronaves del mismo tipo que ya quedaron inoperativas hace tiempo.

Una Fuerza de aviones entrenadores

En el presupuesto para el 2017, solo se prevé una posible compra de más aviones de entrenamiento, un lote de 12 monomotores turbohélice Beechcraft T-6 Texan II a EE.UU. para uso dual, como entrenador de la Escuela de Aviación Militar y como patrulla aérea para disuadir cualquier vuelo de aeronaves del narcotráfico, que ingrese en el espacio aéreo del norte argentino, operando en reemplazo o complementándose con los IA-58 Pucará.

A la flota de entrenadores básicos, de la Fuerza Aérea Argentina, se agrega la reciente adquisición de 8 monomotores Tecnam P2002JF Sierra para la Escuela de Aviación Militar (E.A.M.) y una decena de entrenadores Grob TP 120 adquiridos, por FAdeA en Alemania, durante el 2014, que son alquilados a la E.A.M., para instruir a sus alumnos.

Entre las potenciales compras que se agregaría al grupo, de entrenadores avanzados, dentro del cual se hallan los : IA-63 Pampa II (una actualización de la primera versión realizada en 19 aeronaves) y Pampa III (por el momento solo una actualización realizada en una vieja célula experimental), se encuentran los entrenadores, surcoreanos, KAI TA-50 Golden Eagle, para lo cual  personal de la F.A.A. viajó a Corea del Sur, para evaluarlos. Y también a Italia para testear al entrenador italiano Alenia Aermacchi M-346 Master. Ambas aeronaves, muchos más avanzadas que los IA-63 Pampa. De adquirirse ,algunos de los dos modelos, serían destinados a cumplir un doble rol : el de avión para el entrenamiento avanzado,de los nuevos pilotos y el de caza ligero para el ataque al suelo e intercepcción.

La posible compra de nuevos entrenadores avanzados, no afectará, una potencial, reactivación de la producción de los IA-63 Pampa II y III, dijo FAdeA.

IA-63 Pampa II - foto airliners.net

Sin cazas supersónicos

Con la despedida de los últimos Mirage, en la VI Brigada Aérea de Tandil, la inerme Fuerza Aérea Argentina se quedó sin cazas supersónicos.

El lugar que dejaron los viejos deltas argentinos, hoy es ocupado por 19 entrenadores avanzados IA-63 Pampa II, que ya operaban junto a los Mirage, pero que hoy son las únicas aeronaves que evitan el cierre de la base aérea.

Es apremiante adquirir material aéreo de combate para recuperar las capacidades operativas perdidas por la Fuerza Aérea y la Aviación Naval. Ésta última, prácticamente desaparecida como arma aérea, solo cuenta con helicópteros, aviones de transporte, viejas aeronaves antisubmarinas y de vigilancia marítima, pero ningún caza de combate, a pesar de haber demostrado su eficiencia, durante la Guerra de Malvinas, junto con la Fuerza Aérea.

Durante la administración kirchnerista, se rechazó la compra de cazas F-16, ofrecidos por EE.UU. en 2007, por razones políticas, tras la crítica de Washington por el incidente de la valija con dólares trasportada por el venezolano, Antonini Wilson. Más tarde se intentó remediar la inminente desprogramación, de los supersónicos Mirage, hoy desprogramados, con rumores de compra de aviones chinos JF-17 Thunder y J-10 Chengdu o de antiguos pero ¨modernizados¨ cazabombarderos, de los 70, ofrecidos por Israel,  IAI Kfir Block 60. Otros ofrecimientos fueron el de viejos Mirage F-1 del Ejército del Aire sacados de servicio en 2013, con mas de 40 años de servicio. Francia también ofreció, al Gobierno de Macri, la venta de viejos Mirage F1 franceses 
sacados de servicio en 2014.

A largo plazo hubo conversaciones para adquirir, de Brasil, cazas Gripen NG, de origen sueco, que se fabricarán, bajo licencia, en aquel país. También Argentina propuso sumar a la Fábrica Argentina de Aviones (FAdeA), en la producción de los Gripen NG junto a Brasil, pero hasta el momento no hubo una intención clara de que eso vaya a concretarse.

Queda claro que ninguna compra de vetustos modelos de aeronaves como los Mirage F-1, o los Kfir Block 60 sean rivales para las aeronaves de combate de las Potencias de Oriente u Occidente, que ya operan en la región, como los EFA Typhoon II británicos, de la R.A.F., destinados en Islas Malvinas.

Cualquier compra de aeronaves, supersónica, pasadas de época solo podrá servir para que las nuevas generaciones, de aviadores militares, accedan al vuelo supersónico pero no a un sistema de armas que se mantenga vigente, operativo, por muchos años, y con poder disuasivo.

La compra de material vetusto, será un derroche de dinero, e impedirá una verdadera revitalización de la Fuerza Aérea o de la Aviación Naval, cuyas modernizaciones seguirán siendo una utopía.