Estados Unidos planeó impulsar a sus aeronaves con turbinas de propulsión nuclear
La generación de ingenieros estadounidenses de después de 1945 exploró todo tipo de conceptos de propulsión nuclear. Las ideas de aviones de propulsión nuclear fueron las más descabelladas.
La generación de ingenieros estadounidenses de después de 1945 exploró todo tipo de conceptos de propulsión nuclear. Las ideas de aviones de propulsión nuclear fueron las más descabelladas.
A comienzos de la época atómica, cuando la energía nuclear
parecía un boleto para un futuro de posibilidades ilimitadas, Estados Unidos
exploró todo tipo de conceptos de propulsión nuclear. Algunos, como las plantas
de propulsión nuclear para submarinos y buques de guerra, se mostraron
revolucionarios y eficaces. Otros se pudieron realizar pero resultaron poco
prácticos, cuenta un artículo de la revista estadounidense 'The National
Interest'.
Quizá el más futurista de estos proyectos fue una aeronave
de propulsión nuclear, pero miles de millones de dólares, enormes recursos
humanos y varios años perdidos en las investigaciones del programa de Aviones
de Propulsión Nuclear (ANP, según sus siglas en inglés) antes de su cierre se
tradujeron en ideas 'salvajes' de ingenieros de General Electric.
Desde el final de la Segunda Guerra Mundial, ingenieros
estadounidenses se dedicaron a averiguar cómo instalar un reactor en un avión y
hacer que generase empuje de forma segura. Sin embargo, el Gobierno
estadounidense no pudo encontrar la manera de pagar aquello ni de entender para
qué lo necesitaban.
Hoy en día el programa ANP es recordado como un despilfarro
de la era atómica 'temprana' cuyo único resultado consiste en enormes
instalaciones experimentales de tres pisos de altura y hangares gigantes con
paredes de 1,8 metros de grosor.
En el momento de su cancelación, el programa estaba a punto
de desarrollar una instalación capaz de ser montada en una aeronave y un
fuselaje de avión para proceder al programa de pruebas de vuelo. Sin embargo,
las dudas sobre el futuro de los bombarderos tripulados y la preocupación por
posibles accidentes ensombrecieron el costoso programa.
Exitoso motor X-39 constaba de dos turbina GE, suministrada con calor por un reactor nuclear HTRE -1 |
Pero todo ese dinero y esfuerzo produjeron algunas ideas
locas sobre lo que se podría hacer con toda esa tecnología. Después de que la
Administración Kennedy cancelara el programa ANP a principios de 1961, el mayor
contratista general del programa, General Electric, elaboró un informe de 21
volúmenes sobre el proyecto.
El informe resumió una impresionante variedad de estudios
sobre pequeños motores nucleares ligeros para todo, desde hidroaviones a
cohetes, e incluso helicópteros.
Para conseguir un pequeño reactor para aeronaves se precisó
despojarlo de carcasa y utilizar su producción de calor para expandir el aire,
en lugar de quemar combustible para producir empuje. Poca protección significa
peligro para la tripulación y contaminación. Los diseños de turborreactores y
turbohélices requieren complicados procesos para transferir el calor desde el
núcleo del reactor a los motores. Algunos diseños utilizaron metal líquido para
el refrigerante y la transferencia de calor.
El programa ANP resolvió la mayor parte de los problemas de
seguridad pero únicamente para los sistemas de ciclo abierto. La primera
generación de aviones atómicos iba a ser bastante sucia.
Los diseños conceptuales de aviones subsónicos incluían
vehículos de transporte aéreo, hidroaviones y bancos de pruebas. Un enorme C-99
de dos pisos derivado del bombardero estratégico B-36, un hidroavión P6M
Seamaster y un bombardero estratégico B-52 de Boeing fueron probados en vuelo
con motores nucleares.
Pero la última aplicación estudiada de estos motores superó
todos los proyectos por lo avanzado de la idea. Los ingenieros de General
Electric esbozaron una nave espacial interplanetaria que usaba hidrógeno
líquido y 21 reactores para lanzar sus componentes desde la superficie de la
Tierra hasta Marte en un vuelo de tres semanas. Ningún sistema moderno
contempla tal aplicación hasta ahora.
Lineas de isodosis en vuelo de un B-52 con una tubina nuclear |
"Si echamos la vista medio siglo atrás, a una era de
mayor fe en la energía nuclear, es fácil sacudir la cabeza con asombro... ¿En
qué estaban pensando?", se pregunta 'The National Interest'. Pues veces
incluso en helicópteros de propulsión nuclear.
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