Estudian recubrir aviones con una piel similar a la humana
Los expertos británicos están trabajando para proporcionar a
los aviones una piel similar a la humana gracias a la cual podrán detectar los
daños en su estructura y 'sentir' el mundo que les rodea.
Los ingenieros de la empresa BAE Systems están investigando
un concepto integrado por decenas de miles de microsensores que permitiría a
las aeronaves sentir la velocidad del viento, la temperatura y la tensión física
y evaluar los datos de una manera mucho más precisa que lo permite la actual
tecnología de sensores.
Con el revolucionario concepto de 'piel inteligente' los
aviones podrían vigilar constantemente su 'salud' e informar sobre problemas
potenciales antes de que lleguen a ser significativos.
Los ingenieros británicos dicen que el sistema podría
reducir la necesidad de revisiones periódicas en el terreno y permitirá
reemplazar las piezas en el momento oportuno, lo que aumentaría la eficiencia
del mantenimiento de las aeronaves y el rendimiento del avión y mejoraría la
seguridad de este medio de transporte.
Los sensores son tan pequeños que BAE Systems está
explorando la posibilidad de que la manera de aplicarlos sea rociarlos sobre
los aviones como si fuera pintura.
"La idea es regalar a las máquinas la capacidad de
'sentir' con una piel de sensores de la misma forma que lo hacen los humanos o
los animales", explica la responsable del proyecto, Lydia Hyde. Para ella,
este tiene el potencial para aplicarse no sólo en aviones, sino también en
carros y barcos. Además, es una opción que remplaza a los costosos y grandes
sensores, por unos más baratos, diminutos y multifuncionales.
Hyde comenta que la idea surgió mientras ella se encontraba
lavando la ropa y se dio cuenta que su máquina secadora usaba un sensor para
prevenir el sobrecalentamiento. Es así como la científica decidió emplear ese
mismo sistema para desarrollar la próxima generación de aeronaves.
Cada sensor será de un 1mm cuadrado, más pequeño que una
partícula de polvo y un grano de arroz. Estos tendrán su propia fuente de
energía y la capacidad de comunicarse entre sí mediante un software. De esta
manera se comunicaran al igual que lo hace la piel con el cerebro. Además,
estos dispositivos serán tan diminutos, que la empresa está explorando la
posibilidad adaptarlos y aplicarlos en forma de aerosol sobre las aeronaves.
Con el revolucionario concepto de ‘piel inteligente’ los
aviones podrían vigilar constantemente su ‘salud’ e informar sobre problemas
potenciales antes de que lleguen a ser significativos.
Los ingenieros británicos dicen que el sistema podría
reducir la necesidad de revisiones periódicas en el terreno y permitirá
reemplazar las piezas en el momento oportuno, lo que aumentaría la eficiencia
del mantenimiento de las aeronaves y el rendimiento del avión y mejoraría la
seguridad de este medio de transporte.
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