Tras las primeras noticias acerca del fallido lanzamiento y posterior explosión del cohete experimental Vex1A, prototipo del Proyecto Tronador II, se supo que el artefacto no llegó a explotar sino que cayó.
Tras mantener el ensayo casi en secreto, el Gobierno dio de esta manera por primera vez información sobre el lanzamiento del cohete efectuado el 26 de febrero desde la localidad de Pipinas, en Punta Indio.
El Gobierno dio las precisiones en un comunicado de la
Comisión Nacional de Actividades Espaciales “el
resultado (del ensayo) ha sido positivo, dado que se ha verificado el
funcionamiento correcto de todos los sistemas del Vex 1A tomados por separado.
Por motivos que aún se están determinando el despegue no terminó de
concretarse”.
La CONEA señaló que “estas pruebas son necesarias” y los vehículos Vex “permiten probar varios
No hubo comentario alguno sobre el objetivo que el titular
de la CONAE, el físico Conrado Varotto, planteó en diciembre, de que el fin de
la misión satelital era “probar en vuelo el sistema de navegación, guiado y control”.
El organismo aseveró en cambio que “el único fracaso pasible
es abandonar los proyectos de desarrollo tecnológico soberano” y confió en que
“vamos a completar nuestro propio lanzador satelital, convirtiéndonos en el
único país de la región que puede realizar una misión satelital completa con su
propia tecnología: construcción de satélites y puesta en órbita”.
El organismo espacial estaba bajo la órbita de Cancillería
hasta que a fines de 2012 pasó a depender del ministro de Planificación, Julio
de Vido, y se destinaron $2.000 millones de presupuesto al proyecto Tronador II
para el período 2014-2016.
En este marco se instaló en un edificio municipal de Pipinas
el centro de control, y la plataforma de lanzamiento se levantó a 11
kilómetros, en Punta Piedras, frente al Río de la Plata donde empieza la Bahía
de Samborombón. En la zona celebran la reactivación económica que generó la
instalación del proyecto, pero algunos temen por sus consecuencias ambientales.
Aunque en este tiempo llevó a muchos invitados e incluso a
la prensa al lugar, el Gobierno buscó mantener en secreto el despegue del 26 de
febrero.
Pero fue inevitable que se supiera en la zona ya que
debieron evacuarse por prevención a quienes viven en 8 kilómetros a la redonda del
sitio del lanzamiento.
Un prototipo del Tronador II, de 33 metros de largo, fue
exhibido en Tecnópolis. El que se lanzó la semana pasada tenía 14,5 metros. Se
esperaba que se elevara 300 metros y cayera al río donde se recuperarían
algunas partes. Fuentes oficiales ratificaron que están previstas
hasta seis pruebas similares. “Fue positiva, lo que sería un fracaso es que
cayera el vector que lleva el satélite al espacio, no ésto que pasó”,
aseguraron.
Fuente : http://www.clarin.com/
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