A partir de una sugerencia de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), acerca de cómo serían impulsados los aviones del futuro, a mediados de este siglo, un equipo de ingenieros de la firma aeronáutica Boeing se puso a trabajar en el diseño de una nave híbrida, proyecto que se conoce como SUGAR (Subsonic Ultra Green Aircraft Research, Investigación de Aviones Subsónicos Ultraverde) Volt. El SUGAR Volt El avión, que está en fase de desarrollo, y se prevé que sea impulsado por una turbina híbrida, alimentada con combustible convencional accionada en el despegue, y con baterías que proporcionen electricidad para el momento de alcanzar la velocidad de crucero. Con esto no sólo se conseguiría una reducción de combustibles -se cree que se requerirá sólo el 30 por ciento del combustible usado en un avión convencional- también una considerable merma en la emisión de gases de efecto invernadero y en el impacto sonoro.
Varios aspectos técnicos son tenidos en cuenta en el proceso de desarrollo. Uno apunta al actual desarrollo de las baterías, que serían recargadas en cada aeropuerto.
Los investigadores refieren que la tecnología de energía portable de acumulación debe todavía mejorar mucho más si se tiene presente en la enorme envergadura y requerimiento de energía que demanda una aeronave, cuyo peso probablemente, aumente considerablemente con la utilización de baterías. En el aspecto aerodinámico, se contemplan alas que se extiendan en vuelo a casi el doble de su largo, y que se retraigan en el momento del aterrizaje. Esto proporcionaría mayor sustentación, rápida elevación y menor demanda de energía.
Boeing está interesado en desarrollar aeronaves más ecológicas pero es prematuro pensar que cualquiera de estos estudios bajo desarrollo reemplacen en lo inmediato a todos los productos comerciales de la empresa. Lo que Boeing está proveyendo a la NASA es información, un plan sobre tecnologías potenciales que le indiquen los pasos necesarios a llevar a cabo y obtener las tecnologías listas para ser aplicadas en aviones del futuro. La NASA ya comenzó el proceso de desarrollo de estas tecnologías. Y, para Boeing, se ha abierto un nuevo espacio de diseño de nuevos conceptos y de estructuras aerodinámicas, sistemas de propulsión, de combustible.
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