Luego de haberse firmado el pasado 3 de julio en la ciudad de Buenos Aires, un
convenio de cooperación técnico-militar entre el Ministerio de Defensa
argentino y su par de Guatemala, durante una visita oficial del presidente de guatemalteco Jimmy Morales a la Argentina, para la venta de dos aviones IA-63 Pampa III, el país centroamericano ahora cancelaría la compra.
Cualquier país sensato que acuerda firmar un convenio con otro país se está comprometiendo a respetarlo. Sin embargo, Guatelama parece ser la excepción, porque su gobierno luego de firmar un contrato por la compra de aviones Pampa III con Argentina, habría decidido cancelar la compra, por conflictos políticos internos, que exceden a la Argentina, rompiendo unilateramente el convenio que se había comprometido a respetar. La excusa fue que un órgano de control
de ese país le recomendó al Ministerio de Defensa desistir de la compra, por haber evadido, el gobierno de Guatemala, la legislación local sobre compras públicas, además de cuestionar el precio de u$ 28 millones por las dos aeronaves militares de fabricación argentina. A esto se agrega que el ministro de Defensa de Guatemala - que acordó y firmó la compra - ahora dice que su presidente : "se extralimitó en su funciones, con lo cual el acuerdo carece de valor para nosotros".
Ante esto, la Argentina enviará nota de protesta y podría iniciar acciones legales contra Guatemala por violar el acuerdo firmado. A su vez rechaza cualquiera sospecha o cuestionamiento sobre la firma del convenio destacando que fue totalmente transparente entre ambos paises.
Las autoridades argentinas afirmaron que "corresponde hacer los reclamos normativos,
contractuales, jurídicos y políticos que correspondan, vía empresa, Defensa y
Cancillería. Todo fue correctamente firmado entre ambas partes". Por lo tanto, la Argentina puede presentar un reclamo formal ante Guatemala, si decide cancelar y romper el contrato de forma unilateral. Dicho reclamo estaría siendo redactado por la Cancillería argentina.
Desde FAdeA, se aclaró que Argentina cumplió con todas las normas de procedimiento a las que obliga la legislación
nacional y que la decisión de cancelar la operación obedece a circunstancias
propias de Guatemala y exceden la responsabilidad nuestro país. Sin embargo el
presidente de la Fábrica Argentina de Aviones (Fadea), Antonio Beltramone,
respecto al acuerdo comercial firmado en Argentina y Guatemala, desde el país
centroamericano le expresaron que la venta por los dos aviones Pampa III
"no está caída", "sino que necesitan corregir el procedimiento
de compra", lo cual es una "dilación en el plazo" del convenio.
FAdeA señaló que desde la empresa "se realizarán todas
las gestiones correspondientes para salvaguardar los objetivos del acuerdo
celebrado y superar esta contingencia en el menor plazo posible". Y
ratificó "su compromiso de gestión eficiente para el desarrollo de nuevos
negocios para continuar en la senda del crecimiento sustentable".
Argentina debería evitar mercados en paises política impredecibles y economicamente inestables donde se corre el riesgo de incumpliento del contrato.
El flagelo del narcotráfico en Guatemala es preocupante, los vuelos clandestinos sobre su espacio son seguidos solamente a través de radares y por ningún avión de combate, porque las aeronaves de la Fuerza Aérea guatemalteca, que depende del ejército, están fuera de servicio hace tiempo. Basta observar que sus 11 aviones A-37B Dragonfly como sus dos PC-7 Pilatus están totalmente inoperativos por falta de presupuesto para mantenerlos en vuelo, al igual que su flota de helicópteros y aviones de transporte. Con dichos antecedentes es predecible que los IA-63 Pampa III que FAdeA pretendió exportarles - y continuar realizándoles mantenimientos - seguirían el mismo destino que el resto de las aeronaves militares del país centroamericano, olvidadas en tierra.
Argentina debería evitar mercados en paises política impredecibles y economicamente inestables donde se corre el riesgo de incumpliento del contrato.
El flagelo del narcotráfico en Guatemala es preocupante, los vuelos clandestinos sobre su espacio son seguidos solamente a través de radares y por ningún avión de combate, porque las aeronaves de la Fuerza Aérea guatemalteca, que depende del ejército, están fuera de servicio hace tiempo. Basta observar que sus 11 aviones A-37B Dragonfly como sus dos PC-7 Pilatus están totalmente inoperativos por falta de presupuesto para mantenerlos en vuelo, al igual que su flota de helicópteros y aviones de transporte. Con dichos antecedentes es predecible que los IA-63 Pampa III que FAdeA pretendió exportarles - y continuar realizándoles mantenimientos - seguirían el mismo destino que el resto de las aeronaves militares del país centroamericano, olvidadas en tierra.
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