E-Fan primer avión eléctrico de Airbus que cruzó el canal de
la Mancha
El primer vuelo de un avión eléctrico sobre el canal de la
Mancha se concretó el sabado 11 de julio del 2015, desde el aeropuerto de Lydd, en Inglaterra, hasta el de
Calais, en el norte de Francia.
El avión, que ya ha realizado un centenar de vuelos desde
abril de 2014, pesa 600 kilogramos, tiene un largo de 6,7 metros y sus alas una
envergadura de 9,5 metros. Dispone de dos motores alimentados por baterías de
ion de litio polímero de 250 voltios, instaladas en las alas, las que proveen
una potencia total de 60 kW, permitiéndole volar a una velocidad de crucero de
160 km/h y a una máxima de 220 km/h.
Presentado por primera vez en junio de 2013 en el Salón Aeronáutico de Le Bourget, cerca de París, el aparato es un prototipo de avión biplaza a propulsión eléctrica, desarrollado por Voltair, filial de Airbus Group, y apoyado por el gobierno francés en el marco del programa 'Nueva Francia Industrial', desvelado en septiembre de 2013.
Este nuevo modelo de avión será ensamblado en Pau (sureste
de Francia), en una nueva fábrica cuya construcción comenzará en 2016, y se
prevé desarrollar en las próximas décadas modelos capaces de trasladar a
decenas de pasajeros.
El Cruce del Canal de la Mancha
Tras partir de Lydd, en el sureste de Inglaterra hacia las
08H15 GMT, el pequeño bimotor eléctrico, bautizado E-Fan, aterrizó en el
aeropuerto de Calais-Dunquerque a las 08H56.
El inédito vuelo se concretó con éxito un pequeño avión de
color blanco ( el E-fan de la compañía Airbus) aterrizó de forma silenciosa sobre la pista del aeropuerto de Calais,
tras haber sobrevolado el canal de la Mancha.
Se trata del primer avión de propulsión eléctrica en
realizar este recorrido, para el que empleó 40 minutos a unos 140 kilómetros
por hora desde la costa inglesa hasta la francesa.
El piloto del vuelo, Didier Esteyne, es además el encargado
del diseño de este aparato que empezó a gestarse a finales de 2011 y que se ha
convertido en “un sueño de infancia” hecho realidad.
Esteyne sucede a Louis Blériot, el primer hombre en
sobrevolar el canal de la Mancha, hace 106 años, a pesar de que Esteyne ha
rechazado cualquier comparación tras el aterrizaje.
“Lo que hemos hecho hoy es histórico pero no heroico, porque
a diferencia del viaje que emprendió Blériot nosotros tenemos a todo un equipo
detrás y también contamos con la tecnología necesaria para demostrar que un
vuelo eléctrico es viable”, matizó Esteyne.
Tras meses de investigación y desarrollo en los que un
pequeño equipo de Airbus trabajó en modo “startup”, el proyecto se presentó en
2013 en el Paris Air Show y 18 meses después tuvo lugar el primer vuelo en
Burdeos (Francia), en abril de 2014.
El E-Fan
La aeronave pesa cerca de 600 kilos y tiene una longitud de
6,67 metros por 2 de altura, alcanza una velocidad máxima de 220 kilómetros por
hora y tiene capacidad de vuelo para aproximadamente una hora.
El sistema del E-Fan se caracteriza por estar compuesto de
una serie de baterías situadas en las alas para proporcionar un total de 39
kilovatios por hora a los motores.
El director general de la Dirección General de la Aviación
Civil (DGAC), Patrick Gandil, estimó que esta experiencia permitirá avanzar en
“el control de gases de efecto invernadero”, uno de los problemas, junto al
acústico, más significativos de la aviación.
Los planes a futuro de Airbus
La ambición de Airbus es que en 20 o 30 años se puedan efectuar vuelos comerciales de hasta 60 pasajeros en aviones impulsados de forma exclusiva por energía eléctrica.
La intención de Airbus es alargar en los próximos meses su
autonomía e implementar la experiencia adquirida con este prototipo para, a
través de su filial, "Voltair SAS", pasar a la fase de
industrialización y comercialización a finales de 2017.
La venta y explotación estará dirigida a aeroclubes y
escuelas de pilotaje y cada avión tendrá un precio de 200.000 euros.
Por el momento, el tiempo de carga es de entre 5 y 7 horas, un
aspecto que la compañía quiere reducir "además de lograr que el avión sea
completamente silencioso una vez se lance al mercado", declaró Agnès
Paillard, presidenta de la filial "Voltair SAS".
Por su parte, el director general de la Dirección General de
la Aviación Civil (DGAC), Patrick Gandil, estimó que esta experiencia permitirá
avanzar en "el control de gases de efecto invernadero", uno de los
problemas, junto al acústico, más significativos de la aviación.
De momento se prevé que a finales de 2017 se lance una
versión 2.0 con capacidad para dos personas y en 2019 otro modelo con espacio
para cuatro plazas.
La serie de biplazas será construida en el aeropuerto de Pau
Pirineos, en el sur de Francia, gracias a una inversión de 20 millones de euros
de un total de 50 millones para una producción inicial de 10 aviones por año.
En el futuro, se espera que la fabricación anual de estos
aparatos pueda aumentar entre 40 y 80 unidades.
La ambición de Airbus es que en 20 o 30 años se puedan
efectuar vuelos comerciales de hasta 60 pasajeros en aviones impulsados de
forma exclusiva por energía eléctrica.
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