Centenario del
fallecimiento de Jorge Newbery
A los 16 años viajó a los Estados Unidos para cursar
estudios de ingeniería eléctrica en la Universidad de Cornell, en Nueva York, y
luego continuó su educación en el Instituto de Tecnología de Drexel, en
Filadelfia. Uno de sus profesores fue el célebre inventor Thomas Alva Edison.
En 1895 regresa a la Argentina, con 20 años y el título de ingeniero eléctrico,
e ingresa a la compañía Luz Eléctrica y Tracción del Río de la Plata, empresa
creada en 1889 e integrada por Walter R. Cassels, representante de la Brush
Electric Company de Cleveland, Estados Unidos y con el aporte de capitales
británicos, para proveer de energía al alumbrado eléctrico de la ciudad de La
Plata, primera ciudad de América del Sur con este
servicio. Posteriormente se
buscaría llevar “iluminación particular por medio del sistema incandescente”,
servicio que empezó a prestarse regularmente en 1888, cuando se tendieron las
primeras redes de distribución.
Newbery, capitán de fragata |
En 1897, Newbery ingresa a la Marina Nacional donde llegó a
ser Capitán de Fragata sirviendo como ingeniero electricista de las naves
“Buenos Aires” y “Garibaldi”. Durante su servicio se le encomienda viajar a
Europa para adquirir equipamiento apropiado para los buques de guerra y las
unidades de defensa de las costas que se utilizaban entonces. Mientras se
desempeñaba como electricista, también ejercía como profesor de natación en la Escuela
Naval.
Tras su período de servicio, pasa a la función pública para
desempeñarse desde mayo de 1900 como Director General de Instalaciones
Eléctricas y Alumbrado, designado por el entonces Intendente Adolfo Bullrich.
Su pasión por la aviación
Cuenta la anécdota que el primer hecho trascendente que
acercó a Newbery a la aviación se produjo el 25 de diciembre de 1907 cuando el
dandy porteño Aarón de Anchorena, quien se había hecho fanático de los vuelos
en globos aerostáticos en Francia, se dispuso a realizar el primer cruce en
globo del Río de la Plata. Anchorena compró en Francia un globo de 1.200 metros
cúbicos de capacidad y contrató a un experto francés, Louis Faberes, para
acompañarlo en la travesía y ayudarlo con las tareas de preparación del globo.
Después de una serie de demoras en los aprestos del vuelo y de dificultades
para llenar el globo con una precaria cañería que traía el gas de hulla desde
la compañía del alumbrado público de la ciudad de Buenos Aires, el técnico
francés desistió de participar en un vuelo que no ofrecía garantías de culminar
con éxito. Tal contratiempo no haría abandonar la idea de realizar el vuelo a
Anchorena, quien se dirigió al público presente y realizó una pregunta que solo
un valiente podría responder: “¿alguien quiere acompañarme?”. Tras unos
momentos de silencio, la respuesta sería del Director de Alumbrado de la
Municipalidad, el ingeniero Jorge Newbery se atrevió al viaje.
Newbery y Anchorena dentro del globo Pampero |
El Aero Club tuvo un golpe que atentó contra su continuidad,
el 17 de octubre de 1908 el “Pampero” partió
desde el Campo de la Sociedad Sportiva Argentina, en Palermo, y nunca más se supo de él. Era su tripulante Eduardo Newbery, hermano de Jorge. Muchos rumores y conjeturas se tejieron pero lo concreto es que tanto el “Pampero” como sus tripulantes nunca volvieron a aparecer. Se especuló con que Jorge Newbery, afectado por la desaparición de su hermano, dejaría la actividad. Sin embargo el 24 de enero de 1909, Newbery voló el globo “Patriota” con el que llegó a la localidad de Marcos Paz, en la provincia de Buenos Aires. Pero la actividad necesitaba un impulso. La gente temía a los globos. Entonces Newbery se entrevistó con una figura de notable ascendencia en los porteños: el doctor Alfredo Lorenzo Palacios. “Nadie quiere oír hablar de globos, doctor, desde la desaparición de mi hermano. Si usted sube, se hará un movimiento favorable. Se borrará la impresión dramática de los actuales momentos. Necesito un hombre como usted”. Las palabras de Newbery convencieron al futuro diputado socialista quien lo acompañó en el próximo vuelo del “Patriota”.
desde el Campo de la Sociedad Sportiva Argentina, en Palermo, y nunca más se supo de él. Era su tripulante Eduardo Newbery, hermano de Jorge. Muchos rumores y conjeturas se tejieron pero lo concreto es que tanto el “Pampero” como sus tripulantes nunca volvieron a aparecer. Se especuló con que Jorge Newbery, afectado por la desaparición de su hermano, dejaría la actividad. Sin embargo el 24 de enero de 1909, Newbery voló el globo “Patriota” con el que llegó a la localidad de Marcos Paz, en la provincia de Buenos Aires. Pero la actividad necesitaba un impulso. La gente temía a los globos. Entonces Newbery se entrevistó con una figura de notable ascendencia en los porteños: el doctor Alfredo Lorenzo Palacios. “Nadie quiere oír hablar de globos, doctor, desde la desaparición de mi hermano. Si usted sube, se hará un movimiento favorable. Se borrará la impresión dramática de los actuales momentos. Necesito un hombre como usted”. Las palabras de Newbery convencieron al futuro diputado socialista quien lo acompañó en el próximo vuelo del “Patriota”.
Newbery antes de volar en el Pampero |
Newbery realiza más vuelos con el “Patriota” y el célebre
“Huracán”. El 27 de diciembre de 1909 bate un nuevo record cruzando el Río de
la Plata y el Uruguay para descender en la localidad de Bagé, en Brasil. El
cable trae la noticia a Buenos Aires: “Jorge Newbery ha batido el record de
tiempo y distancia en Sudamérica volando, durante trece horas, 550 kilómetros”.
El 8 de enero de 1911 vuelve a superar el record de distancia, recorriendo 660
km, y el de altura, a la vez, elevándose a 3.400 metros. Ambas hazañas las
realiza a bordo del “Eduardo Newbery”. Con el globo “Buenos Aires”, bate el
record de altura alcanzando los 5.100 metros el 5 de noviembre de 1912,
acompañado por el teniente primero Raúl E. Goubat y por el teniente de navío
Melchor Z. Escola.
Los vuelos en globo ya había colmado sus expectativas, solo
le quedaba un desafío y era cruzar la cordillera de Los Andes, emprendimiento
que estudió pero no llegó a realizar.
Creación de la Escuela de Aviación Militar
E.A.M situada en El Palomar, provincia de Buenos Aires. |
El 25 de mayo de 1913 el público que se congrega en el
Hipódromo Argentino asiste al paso de la primera escuadrilla militar que surca
el cielo de la Capital. Al frente de esos cuatro aviones, dirigiendo el vuelo,
iba la máquina conducida por Jorge Newbery.
Épocas de record
La hora de los record llegan a la aviación, Newbery con el
avión “Centenario”, un Blériot Gnome de 50 HP,
cruza el Río de la Plata y aterriza en Colonia, convirtiéndose en el primer hombre que cruzó el Plata en globo y en aeroplano.
cruza el Río de la Plata y aterriza en Colonia, convirtiéndose en el primer hombre que cruzó el Plata en globo y en aeroplano.
El 13 de octubre de 1912, a bordo de un Blériot alcanza en
vuelo una altura de 2.400 metros, clasificándose en el tercer lugar de altura,
entre los pilotos de nuestro país. Tiempo después bate la marca sudamericana
alanzando la altura de 4.075 metros y unos días más tarde eleva esa marca a
4.178 metros. En febrero de 1914, en plena preparación para realizar el cruce
de Los Andes, llega a los 6.225 metros de altura, superando los 5.000 metros
que deseaba alcanzar, cifra que superaba la altura de la cordillera por donde
quería cruzar.
El paso a la inmortalidad
Quería cruzar los Andes y viajó a Mendoza para estudiar las
posibles rutas. Pero antes de regresar a Buenos Aires accedió a un pedido de
unas damas locales, que lo querían ver volar. El domingo 1º de marzo de 1914, deciden realizar un vuelo de exhibición junto al aviador Benjamín Jiménez Lastra despegando en el campo de aviación Los Tamarindos, como se conocía entonces a la actual zona de El Plumerillo en el distrito de Las Heras, Mendoza. Tras despegar junto a su compañero, Lastra , tomaron altura y durante una de las maniobras de vuelo, el Morane-Saulnier, pilotado por Jorge Newbery, comenzó a desestabilizarse y a no responder a los mandos de vuelo, precipitándose e impactando violentamente contra el suelo, matando a Newbery al instante, e hiriendo gravemente a su acompañante. Al momento de la tragedia, Newbery tenía 38
años. Minutos después la noticia se conocía en Buenos Aires generando una ola
de dolor y consternación en la población.
Newbery el día anterior de la tragedia |
Aquel 1° de marzo, cuenta Olmedo, la familia festejaba el
cumpleaños de su madre, doña María Teresa Marchetto, en la finca que tenían en
Guaymallén, a cinco kilómetros de la capital mendocina.
"En esa época los coches eran tirados a caballos. Por
eso, cuando escuchamos el ruido de un motor nos llamó mucho la atención a
todos. Mi padre gritó: '¡El aeroplano!'. El sabía que Newbery estaba en
Mendoza, y estaba seguro de que ese avión sería el de él", recuerda Olmedo
con absoluta lucidez.
"Todos salimos a ver el vuelo", continúa. Pero lo
que siguió fue la tragedia: "El aeroplano se inclinaba mucho sobre su lado
izquierdo y caía a gran velocidad. Mi padre, que era oficial del Ejército y
entendía de aeroplanos, fue el que nos anticipó el desastre: 'Se cae, se cae',
gritó", cuenta.
Fels le avisa a Newbery que la máquina estaba tirando del ala izquierda. El, despreocupado, insiste en que
se encargará de probarlo. Jorge no tenía el relicario con el recuerdo de su madre que utilizaba en cada viaje como amuleto. Pero no le dio mayor importancia; una de las jovencitas le había acercado una medalla de la Virgen de Lourdes para la suerte.
Newbery se decidió a emprender el que sería su último vuelo
al volver de un almuerzo con Rufino Orgefa, el entonces gobernador de Mendoza.
Se encuentra en el hotel con unas familias amigas. Una chica lo desafió a
volar.
Difícil fue para el aviador esquivar la sugerencia de
aquella agraciada niña. Newbery no tenía su avión en Mendoza. Pero un amigo
suyo, Teodoro Fels, fue quien se lo prestó. Antes de dirigirse al autódromo,
Jorge le ofrece a uno de sus amigos, Benjamín Giménez Lastra, si quiere volar
con él. "Con mucho gusto", responde el hombre entusiasmado.
Reconstrucción de la caída |
El avión tomó vuelo y se perdió en las alturas. Le había
prometido a su amigo Giménez Lastra, al que él llamaba Tito, demostrarle unas
pruebas que había aprendido en Francia.
Comenzó a hacer un looping, una de esas piruetas en las que
el aeroplano da una vuelta de 360°, pero al intentar estabilizar la máquina,
Newbery se da cuenta de que no podrá controlar el avión.
La máquina se encapricha en inclinarse sobre su ala
izquierda. "Caía con mayor rapidez de la que avanzaba", describían.
"Se cae, se cae", se escuchó desde una finca cercana.
Las exequias del ídolo popular
La llegada del cuerpo de Newbery a Buenos Aires se produjo
el martes 3 a las 8:45 hs. Una inmensa muchedumbre lo esperó en el andén de la
estación Palermo, del ferrocarril Pacífico. Desde allí fue trasladado hasta el
local de la Sociedad Sportiva Argentina. El Ministro de Guerra dispuso que allí
quedara bajo la custodia del jefe de la Escuela de Aviación Militar, dos oficiales
y 70 hombres de tropa con fusiles y traje de gala. Durante toda la noche la
población de Buenos Aires desfiló incesantemente por el local de la Sportiva y
al día siguiente una verdadera multitud tomó ubicación en la avenida Alvear
para seguir el trayecto de la comitiva hasta el cementerio de la Recoleta.
Frente a aquel local se colocaron cuatro aeroplanos de El Palomar, con los
cuales rendía honores el destacamento de conscriptos.
Los restos mortales de Newbery fueron depositados en el
cementerio de la Recoleta y el 2 de mayo
de 1937 fueron trasladados al cementerio de la Chacarita. Se apagaba así la
vida de una figura popular, un emprendedor, un eficiente hombre público que
dedicó su vida al progreso pero no solo en el plano personal, sino en beneficio
de su comunidad.
Homenajes
El aeropuerto Jorge Newbery de la ciudad de Buenos Aires,
también conocido como Aeroparque, lleva su nombre en reconocimiento a su
trabajo pionero en la promoción de la aviación en Argentina.Finalmente cabe
destacar que el barrio porteño de Villa Lugano fue la cuna de la aviación
argentina, slogan que lleva hoy la localidad bonaerense de El Palomar por el
asiento de la I Brigada Aérea que fuera en su oportunidad la Escuela Militar de
Aviación. El barrio de Villa Lugano fue donde Newbery comenzó sus primeras
hazañas en aviación y por ello en la Autopista Dellepiane muy cerca de la
Avenida Gral. Paz se levantó un monumento al histórico piloto.
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