jueves, 11 de febrero de 2016

11 de febrero de 2016 - Centenario de la Aviación Naval Argentina


Centenario de la Aviación Naval Argentina

Ten. de navio Melchor Escola
El 11 de febrero de 1916 se crea por decreto el Parque y Escuela de Aeroestación y Aviación de la Armada en Fuerte Barragán, cerca de la ciudad de La Plata, Provincia de Buenos Aires, decreto que su artículo N° 6 preveía que los pilotos aviadores deberían, obligatoria y previamente, obtener el título de piloto de la Federación Aeronáutica Internacional, para después obtener el de piloto de la Armada.

Desde los inicios de la aviación, la Armada Argentina mostró interés en el uso de los aviones, primero desde bases en tierra y luego embarcando en los buques. Junto a personal civil y camaradas del Ejército Argentino, comenzaron el uso de medios aéreos, como una vía de aventura. El 22 de octubre de 1912, el Teniente de Navío Melchor Escola obtuvo su brevet internacional de piloto aviador, el N° 15 del país, siendo el primer militar en obtenerlo, al rendir un examen en la recién creada Escuela Aérea Argentina, entidad privada y civil y única institución en ese entonces, autorizada internacionalmente para acordarlo. Dicho brevet lo revalidó en la Escuela de Aviación Militar, creada por decreto del 10 de agosto de 1912.

En septiembre de 1917, luego de la creación de la Escuela de Aeroestación y Aviación de la Armada fueron enviados a la Escuela de Aviación de Pensacola (Estados Unidos), los Tenientes de Fragata Ricardo Fitz Simon y Ceferino Pouchan y el Alférez de Fragata Marcos A. Zar, donde obtuvieron los brevets internacionales N° 94, 95 y 96 respectivamente y finalizada su instrucción en esa Escuela, partieron al frente europeo, integrando las Fuerzas Expedicionarias para realizar, en unidades aéreas operativas, tareas de patrullaje, convoyajes y acción antisubmarina, durante la Primera Guerra Mundial.

Cap. de fragata M. Zar  - subprefecto A. Manzziotti - suboficial F.Milillo
Las siguientes décadas vieron el desarrollo del componente, que dejó, conforme los avances de la técnica, los globos y dirigibles, adquiriendo aviones de reconocimiento y patrulla, de bombardeo, de caza y ataque ligero, además de, naturalmente, aviones de adiestramiento.

El teniente ZAR bate varios records de velocidad y distancia sobre el mar y sobre ríos, durante 1920.
Terminada la guerra, regresaron a la Argentina, ahora experimentados pilotos, cuando al mismo tiempo visitaban dos Misiones Aéreas, la italiana y la francesa, ambas con numerosos pilotos héroes de guerra y material propio o tomado al enemigo, exhibido, el primero en vuelo con propósitos de propaganda y ventas. El grupo italiano, que operó en San Fernando, donó a la Aviación Naval Argentina dos hidroaviones Macchi M.9 y dos M.7, además del hangar y las instalaciones de esa pequeña base, de dónde operaron. Dichas aeronaves fueron las primeras de su tipo en la Armada.

El 29 de octubre de 1921 se crea la Escuela de Aviación Naval, en las instalaciones construidas al efecto dentro de la Base Naval de Puerto Belgrano. Se reciben los primeros hidroaviones comprados según requerimientos operativos de la Armada.

Exploradores Fairey
En 1923 se crea la base de Aviación Naval en Mar del Plata y en 1925 se habilita la Base de Aviación Naval en Punta Indio. La actividad es frenética. En 1929 llega al país la primera adquisición importante de aviones e hidroaviones: Cazas Dewoitine, exploradores Fairey, patrulleros Southamptons y aviones de ataque Corsair. Por primera vez un hidro embarca en un buque capital, abordo de los acorazados Moreno y Rivadavia.

En 1930 el Teniente de Navío Portillo realiza en Gran Bretaña los primeros cursos de reconocimiento aerofotográfico y se cumplen las primeras operaciones tácticas reales en el sur del país en la región de los grandes lagos. En 1933 el Capitán Zar llega a Ushuaia en vuelo por primera vez con un avión argentino, acompañado por su mecánico el suboficial Milillo.

Corsair V-65
En 1934 se realizan los primeros catapultajes desde los cruceros Brown y 25 de Mayo, con aviones Corsair V-65.

En 1936 se analiza, en conjunto con el Ejército, la compra de material aéreo. Se entrega al Museo de Luján el hidroavión “Plus Ultra” que uniera España con Argentina en 1926, al mando del Capitán Ramón Franco.
Se reciben los hidroaviones Patrulleros Consolidated Ranger de largo alcance, quienes volarán sobre Malvinas en 1940, por una orden Secreta del Presidente de la Nación para reafirmar nuestra posición neutral y soberana.

La Segunda Guerra Mundial repercutió negativamente en la Aviación Naval Argentina. La declaración de neutralidad alejó al componente de los adelantos de la tecnología, que se sucedían con una cadencia vertiginosa, empujados por la dinámica de los combates. Ello no obstante, la Aviación Naval continuó apoyando a la Flota de Mar, y comenzó su epopeya antártica.

Steraman 76 D-1
En febrero de 1942, un frágil biplano Steraman 76 D-1 al mando del teniente de Navío Eduardo Lanusse cumple con el primer vuelo de un avión argentino en la Antártida, operando desde le transporte ARA “1º de mayo” en la isla Decepción. Lo acompañaron como mecánico el Cabo Principal Eric Blomkist y como fotógrafo el señor Silva. Se abren las rutas de transporte a la Isla Grande de Tierra del Fuego, con aviones Curtiss Cóndor.

El fin de la contienda permitió a la Aviación Naval renovar parte de su material, en particular los medios de transporte, patrulla y adiestramiento. Aparatos considerados emblemáticos de la Aviación Naval, como el Douglas DC-3 y Douglas DC-4, NA SNJ-5C Texan (en todas sus variantes) y el Consolidated PBY-5A Catalina fueron incorporados en este período. También fueron incorporados los primeros helicópteros Bell 47 con misiones de enlace, observación y transporte. Se cumplen los primeros aterrizajes de helicópteros en buques de la Flota de Mar.

Catalina 2 P3 de la Aviación Naval, volando de regreso de la Antártida
El 13 de diciembre de 1947, un DC-4 de la Armada al mando del Contralmirante Gregorio Portillo, cruza en vuelo el círculo polar Antártico por primera vez.

En febrero de 1952 por primera vez desde el continente americano, se cumple un vuelo hacia y con descenso en la Antártida, dos anfibios Catalina PBY-5A acuatizan en la isla Decepción materializando la Primera Estafeta a ese continente.

En 1955-56 la Aviación de la Armada interviene activamente para contribuir a superar la epidemia de polio que asola al país. Llegan los primeros aviones de ataque modernos, los Corsario F-4U y los hidroaviones Martin Mariner de gran radio de acción. El 19 de diciembre de 1957 uno de estos hidroaviones une en vuelo directo Buenos Aires con la Antártica, Isla Decepción.

Corsario F-4U de la Aviación Naval Argentina
En 1958, la incorporación del portaaviones ligero ARA “Independencia” (ex HMS “Warrior”) colocó a la Aviación Naval a la altura de las nuevas doctrinas, que decretaban la muerte del acorazado como unidad capital. Así comenzó el Grupo Aeronaval Embarcado, con sus NA AT-6C, Vought F4U5 Corsair y helicópteros Sikorsky S-55. La Armada Argentina ingresó a la era de los reactores con los Grumman F9F Panther.

Grumman Panther de la Aviación Naval Argentina
En los años 50 y 60, la Aviación Naval participa de sucesos de la política nacional, cuyo contexto histórico sería muy extenso y complejo para explicar en esta breve síntesis. Las luchas entre hermanos nunca dejan buenos recuerdos y preferimos omitirlas para no herir susceptibilidades ni ofender la memoria de quienes nos precedieron. Estamos seguros de que cada uno de los que actuaron en esas luchas, lo hizo pensando que cumplía con su deber.

La Aviación Naval basada en tierra recibió sus primeros patrulleros modernos, los Lockheed P2V Neptune, mientras que en 1962 se incorporaron los Grumman S-2A Tracker, adquiriendo capacidad antisubmarina y de exploración embarcada a bordo del portaaviones.

Grumman S-A2 Tracker de la Aviación Naval Argentina. Foto Airliners.net
El 6 de enero de 1962, una expedición de dos aviones DC-3 al mando del Capitán de Fragata Hermes Quijada llega al Polo Sur, siendo los primeros argentinos en llegar a ese lejano rincón del suelo patrio. Los aviones se reabastecen en la Base Amundsen Scott y regresan al continente sin inconvenientes.

ARA 25 de Mayo, último portaaviones argentino
A fines de la década del 60, el ARA” Independencia” fue reemplazado por su gemelo el ARA “25 de Mayo”, que con sus modificaciones permitía la operación de jets de alta performance. Así se recibió en 1971 un lote de dieciséis Douglas A-4Q Skyhawk, versión modificada del A-4B, que operarían desde el portaaviones e incorporaban adelantos técnicos como misiles aire-aire (AIM-9B Sidewinder), góndolas de reabastecimiento en vuelo, etc. Mientras tanto, la Aviación Naval se consolidaba en el continente blanco, operando desde el rompehielos ARA “Gral. San Martín” durante más de quince años con toda clase de helicópteros. Otras especialidades del componente se renovaban, con helicópteros Sikorsky S-61D.4 Sea King y Westland WG-13 Sea Lynx, aviones Lockheed Electra L-188 y Beechcraft Queen Air Be80 y King Air Be200, junto con versiones más modernas de los Grumman Tracker y Lockheed Neptune.



En 1978, durante la crisis con Chile por las islas del Canal de Beagle, la Aviación Naval acompañó a la Flota de Mar en su despliegue al Sur, a bordo del portaaviones y en tierra, alcanzando la madurez operativa en todos sus sistemas y una eficiencia operativa que marcó el zenit del alistamiento aeronaval. En 1982, sin embargo, un nuevo desafío se avecinaba: el conflicto del Atlántico Sur.

Dassault Breguete Super Etendard de la Armada Argentina
Guerra de Malvinas

Durante la Guerra de Malvinas, tuvo una destacada actuación. El 2 de abril de 1982 el Grupo Aéreo Embarcado del V-2 se encontró en alerta para cubrir la operación del desembarco en las Islas Malvinas. Para la recuperación de las Islas Georgias del Sur, un helicóptero Sud Aviation Alouette entró en combate con fuerzas inglesas resultando, su actuación, fundamental para la reconquista de Grytviken.

El terror de la armada británica la dupla SUE y misil AM-39  Exocet que hundió a dos buques británicos
Hacia fines de abril aviones Grumman S-2 Tracker del V-2 detectan a la Fuerza de Tareas británica que se dirigía hacia las Islas, por lo que comienza a delinear un ataque por parte de los aviones Douglas A-4Q, diversas razones llevan al Almirantazgo argentino a abortar dicho ataque, ya que un avión Sea Harrier del HMS Invencible es iluminado por el radar de descubierta del destructor misilístico ARA Hércules (D-1), perdiendo la sorpresa táctica, y ordenar el repliegue de los buques argentinos a aguas menos profundas que dificulten el accionar de los submarinos nucleares ingleses. Horas más tarde se produce el hundimiento del Crucero ARA General Belgrano (C-4), con un helicóptero Sud Aviation Alouette. Desde el POMA se ataca un POSSUB (posible submarino) inglés, el 5 de mayo, con resultado nunca confirmado.

A-4Q Skyhawk de la 3º Escuadrilla Aeronaval de Caza y Ataque que combatieron en Malvinas
Los aviones del COAN continuaron sus operaciones desde la Base Aeronaval de Río Grande, desde donde despegaban para hostigar a los buques ingleses. Los modernismos Super Étendard con los misiles AM-39 Exocet hundieron al HMS Sheffield y al Atlantic Conveyor, mientras que los Douglas A-4Q fueron responsables de los hundimientos de las fragatas HMS Ardent y HMS Antelope. Al Aeropuerto de Puerto

HMS Sheffield atacado por un misil Exocet lanzado
por aviones Super Etendard de la Armada Argentina
Argentino se enviaron aviones T-34C Turbo Mentor y Aermacchi MB-339A, uno de los cuales atacó a la HMS Argonaut. Los helicóptero Sikorsky S-61 D4 "Sea King evacuaron al personal naval destacado en la Isla Bordón, al norte de la Isla Gran Malvina y luego operaron desde el rompehielos ARA Almirante Irizar (Q-5) y del transporte polar ARA Bahía Paraíso (B-1), ambos transformados en buque hospital, en la evacuación de heridos. Durante la contienda el Comando de Aviación Naval, fallecieron cuatro pilotos navales y perdió 3 aviones Douglas A-4Q, 5 MB-339A, 4 T-34C, 1 helicóptero Sud Aviatión Alouette y un Lynx HAS.23.

Aeromacchi MB -339 del 1º Escuadrilla de Ataque en Puerto Argentino durante la Guerra de las Malvinas
La posguerra, independientemente de la suerte adversa de las armas, consolidó a la Aviación de la Armada. Se modernizaron medios, como la exitosa turbinización de los Tracker, y se incorporaron nuevas aeronaves, como los Aerospatiale AS-555SN Fennec y los Lockheed P-3B Orion. La puesta fuera de servicio del portaaviones ARA “25 de Mayo” repercutió duramente sobre las operaciones embarcadas. Ello no obstante, se logró mantener un nivel de adiestramiento merced a la cooperación de las Armadas Brasileña y estadounidense, en ejercicios combinados que son hitos en la interoperatividad y el espíritu de cooperación a nivel hemisférico.

 Portacontenedores británico Atlantic Conveyor repleto de aviones y armamento para los británicos.
Hundido el 25 de mayo de 1982 al ser atacado por un misil anti-buque.AM-39 Exocet lanzado por Super Etendard 
La Aviación de la Armada interviene de manera diaria en todas las actividades de la Fuerza en apoyo a la comunidad nacional e internacional, dedicando un esfuerzo permanente a la salvaguarda de la vida de los que navegan el Atlántico sur, contando en su haber innumerables operaciones de rescate. El patrullado de la ZEE y la custodia de los recursos pesqueros es otra tarea en la que la Aviación Naval emplea a sus medios y a sus hombres sin pausa.

Sea Lynx Armada Argentina
Sea King de la Armada Argentina
Los recientes cierres de varias Escuadrillas Aeronavales pueden estar mermando la eficiencia operativa de este componente de la Armada, paro nunca su espíritu de sacrificio y su vocación de servicio.

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