Petrel : el primer avión diseñado en Argentina después de 42
años
El "PETREL" es el primer avión diseñado, fabricado
y certificado íntegramente en Argentina después de 42 años, el cual será
utilizado para la formación de nuevos pilotos civiles en el país.
Es resultado de un proyecto encarado hace seis años por el
Instituto Tecnológico de Buenos Aires y es ideal para iniciación de pilotos.
Hay sólo diez modelos del tipo en todo el mundo. Se destaca por sus costos de
producción, mantenimiento y vuelo.
Perfiles de aluminio; fuselaje tubular; exterior entelado;
motor de 80 caballos… Dicho así no impresiona. Pero si decimos que el Petrel es
el primer avión certificado por un organismo independiente en la Argentina, la
cosa cambia. A esto hay que añadir que cumple las rigurosas normas de
certificación estadounidense y europeas y que no hay más de una decena de
modelos modernos en todo el mundo de sus mismas características. Entonces, este
pequeño avión ideado para iniciar a los aspirantes a piloto en los fundamentos
del vuelo se hace importante.
El punto de partida fueron las ganas de Eduardo Acerbo, un
egresado de Aeronáutica de la Universidad de La Plata que, desde hace muchos
años, quería enfrentarse al reto de diseñar un avión. A esto se unieron las
ganas de emprender de un grupo de veteranos de la aviación militar preocupados
por la obsolescencia del material de los aeroclubes argentinos y la apuesta del
Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) por un proyecto que, para un buen
puñado de alumnos de ingeniería, supuso la oportunidad de enfrentarse al mayor
reto que un profesional del rubro puede acometer: cumplir las más de 1500
normas necesarias para que un avión pueda volar en Estados Unidos o Europa.
Después de seis años de intenso trabajo, el Petrel voló por
primera vez. "Cuando el piloto preguntó que quien había hecho este avión y
añadió que volaba solo, me emocioné. Como nunca lo había estado nunca. Fue un
reconocimiento para los que trabajaron fuera de las horas de clase para hacer
realidad el proyecto", relata Cecilia Smoglie, directora del área de
Energía del ITBA y coordinadora del grupo de alumnos que participaron en el
diseño. Para Smoglie, este proyecto es la prueba de que "la implicación
entre empresa y universidad es fundamental para crear un tejido industrial
competitivo" a la par de una "oportunidad única para completar la
formación de los chicos". "El profesional se forma para prestar
servicios y eso se hace a través de la empresa."
Para explicar la aventura hay que echar un vistazo al parque
aéreo deportivo de la Argentina que promedia unos 50 años de antigüedad. Los
aeroclubes y escuelas de vuelo nacionales cuentan con material totalmente
obsoleto y alto costo de mantenimiento y operación. "La hora de vuelo del
Petrel cuesta unos 510 pesos.
Los aeroclubes y escuelas del país cobran entre
700 y 1000 pesos la hora", señala Fausto López, presidente de Petrel SA y
alma páter del proyecto desde el punto de vista empresarial.
"Cualquiera de estos aviones gastan hasta 25 litros de
nafta de avión por hora y el Petrel 13 de auto. No sólo gasta la mitad, sino
que la nafta que utiliza cuesta la mitad. Los aviones que vuelan en la
Argentina necesitan una inspección cada 25 horas; el nuestro, de cero a cien,
nada. Una bujía de estos aviones cuesta ochenta dólares y la nuestra ocho. Con un
avión fiable, barato de mantener y con un costo operativo bajo, podemos salir
fuera a competir con los fabricantes norteamericanos", explica.
El factor costo es una constante. El Petrel saldrá por unos
100 mil dólares frente a los 150 mil de otros entrenadores similares. Esa fue
la filosofía desde el principio. Desde que era una simple idea en la cabeza de
sus promotores. Poner el avión en el aire ha requerido de una inversión de unos
500 mil dólares cuando "lo normal para un proyecto de esta naturaleza
ronda los cinco millones". Esto
incluye "más de 3000 horas de ingeniería", pruebas, montaje,
materiales, horas de vuelo...
Se construyeron tres aviones; el primero para comprobar su
resistencia y se sometió a multitud de pruebas "hasta el límite de rotura".
El segundo está volando y el tercero está listo para ser la primera unidad
vendida y punto de inicio de la producción en serie. Un aspecto, este, que
supondría el renacimiento de la industria aeronáutica en la Argentina tras
décadas de vacío.
En una primera fase, la construcción del Petrel requeriría
de un equipo de unas 20 personas. Eso sí: trabajo cualificado y de alto valor
añadido. Hacen falta alrededor de un millón y medio de dólares para iniciar la
producción en serie. En la actualidad, un contrato público para la compra de
diez aviones de estas características podría ser el chispazo que necesita la
empresa para iniciar la aventura. «
Sólo un punto de
partida
"No hay más de diez aviones nuevos de instrucción
básica certificados en todo el mundo. Uno de ello es el Petrel", explica
Eduardo Acerbo, ingeniero aeronáutico y padre intelectual del aparato. Desde el
principio se abordó un diseño de bajo costo, razón por la que se apostó
"por materiales de probada experiencia" y "una planta motriz con
alto rendimiento y bajo costo". Un primer paso, según destaca este
ingeniero que asegura que la aventura del Petrel ha permitido el "uso de
programas de cálculo de elementos finitos que, debido a la inexistencia de una
industria nunca se habían utilizado en el país".
"Cuando el Petrel esté n fase de producción y podamos
financiarlo, trabajaremos en el diseño de un instructor más avanzado que sirva,
también, para remolcar planeadores y hacer acrobacias”, adelanta. Se trataría
de un avión bastante más avanzado que el Petrel en un mercado “donde no hay
entrenadores nuevos para las escuelas."
Caracteristicas
Las características y performances del Petrel 912 I son en
general, similares a las establecidas internacionalmente para la categoría de
avión deportivo liviano (ADL o LSA), para lograr en base a dichas performances
y características bajos costos de operación pero, su diseño y construcción
responden a las normas aeronáuticas internacionales CS –VLA de mayor nivel de
exigencias, a efectos de obtener su certificación en la categoría de avión
"Normal".
Diseño y desarrollo
Para diseñar y desarrollar el avión se contó con todo el
apoyo técnico del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) y se utilizaron
las más modernas tecnologías de diseño asistido por computadora. En la
construcción del mismo se han aplicado soluciones surgidas de procesos probados
y aceptados en el mercado aeronáutico de Estados Unidos para este tipo de
avión, utilizándose 90% de material importado, certificado para uso
aeronáutico. “Proyecto Petrel S.A.” está llevando adelante el proceso de
certificación ante la Dirección de Certificación Aeronáutica mediante una
acción continua y mancomunada ante dicha Dirección, junto con el Instituto
Tecnológico de Buenos Aires. Está previsto completar la certificación del
Petrel 912 I, para vuelo visual (versión VFR), durante el corriente año.
El Petrel 912i ha obtenido el Certificado Tipo en noviembre
de 2008, con más de 150 hs voladas en vuelos de ensayo.
Dimensiones
Largo del fuselaje
Envergadura
Alto 6,10 m
9,60 m
2,75 m
Cabina
Ancho
"Headroom"
"Legroom" 1,16 m
1,016 m
1,05 m
Capacidades
Asientos
Carga útil
Capacidad de combustible
Carga máx. equipajes
Peso vacío
Peso máximo 2 (lado a lado)
250 kg
68 lt
22 kg
315 kg
565 kg
Motorización
Motor Rotax 912-F2 80 HP
Tiempo entre recorridas
Hélice
Combustible 80 hp (cuatro tiempos, carter seco)
1.500 hs
Paso fijo de madera (Clérici)
Nafta "Super" (de automóvil)
Performance
Carrera de despegue
Carrera de aterrizaje
Velocidad de despegue
Velocidad de pérdida s/f
Velocidad de pérdida c/f
Velocidad de crucero
Velocidad de máximo alcance
Relación de ascenso
Techo de servicio
Relación de planeo
Consumo promedio
Autonomía 237 m
220
95 kph (59
mph)
48 mph – 78
kph
42 mph – 67
kph
105 mph –
168 kph
120 kph (75
mph)
5 m/s (900
f/m)
5.000 m (15.000 f)
8 a 1
14,5 It/h (3.8 g/h)
4,7 h
Costo de operación 25 a 30 U$S/h (en Argentina)
Nota: Las carreras de despegue y aterrizaje corresponden a
pistas pavimentadas.
Primer entrega
La Administración Nacional de Aviación Civil, a través de su
Administrador Nacional Dr. Alejandro Granados, hizo entrega el 6 de abril del
2015 del primer avión “Petrel” en la provincia de Neuquén para la formación e
instrucción de los futuros pilotos civiles argentinos.
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